Lee lo siguiente cuidadosamente y no llegues a conclusiones erróneas antes de leerlo por completo. La escritura no dice que Cristo nos redimió de la ley. Baja la piedra y sigue leyendo.
La escritura no dice que Cristo no redimió de la ley porque la ley era una maldición. Sabías que hay aquellos que enseñan que la ley era mala, horrible, una maldición, y que nadie la podía guardar porque era tan difícil. Es mas, mucho de este error ha estado con la iglesia por siglos, pero en nuestros días ha resurgido y se ha propagado con las ideas de una gracia que no es escritural. ¿Que dice la Palabra de Dios?
Pero Cristo prefirió recibir por nosotros la maldición que cae sobre el que no obedece la ley (Gálatas 3:13-14 Traducciónen lenguaje actual TLA).
La Nueva Traducción Viviente rinde este verso, “Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley.” No, la maldición no era la ley de Dios dada exclusivamente a Israel, ni tampoco era la maldición los mandamientos que imponían reglas morales de conducta santa. La redención fue de la maldición que vino sobre este planeta por causa de la traición y desobediencia de Adán (Romanos 5:12, Genesis 2:17, 3:17). La redención de Cristo fue de la maldición dictada (y detallada) bajo la ley como vemos en Deuteronomio 28:15-68. De todo lo detallado allí fue de lo que Cristo nos rescató.
Conforme a Romanos 7, la ley no es pecado (v. 7), y el mandamiento de Dios era para vida (v.10). El problema nunca fue la ley de Dios o Sus mandamientos. El pecado era el problema porque el pecado produce la muerte (v. 11; Romanos 6:23). El capítulo 7 continúa destrozando muchas ideas erróneas acerca de la ley de Dios. En el verso 12 dice: “Así que la ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno.” La ley no era una maldición, mala, horrible, injusta, y desagradable. Conforme al apóstol Pablo la ley era santa y el mandamiento de Dios era santo, justo y BUENO.
Como si fuera para darle un tapaboca a todos los que piensan y enseñan que la ley era carnal, solo tenía que ver con obras hechas en la carne, y que los que estaban bajo la ley existían en un nivel bien bajito espiritual, Pablo insiste y corrige a muchos cuando escribe, “La ley es espiritual” (v.14). ¿La ley de Dios era espiritual y no carnal? ¡Que bofetada a todos los que enseñan que la ley era “obras de la carne,” “obras,” u “obras de la ley”! Obviamente estas frases han sido seriamente malinterpretadas por muchos. Si el apóstol Pablo hubiera oído algunas de las sandeces que se predican hoy en nombre de la gracia, se echaríaa correr entre todo el pueblo, se rasgaría la ropa, y gritaría, “¡Herejía y doctrinas de demonios!”
Las leyes ceremoniales que fueron dadas exclusivamente a Israel se cumplieron a cabalidad por la venida, sacrificio, y exaltación de Cristo Jesús. Esto incluye todas las leyes referentes a el sábado, sacrificios-holocaustos, sacerdocio que ministraba en el Templo, el Templo terrenal, fiestas, reglas de comidas, circuncisión, etc. Ningún cristiano está bajo obligación cumplir con estas leyes de tipo ceremonial. En estos estudios hacemos referencias a muchos versos en el Nuevo Testamento que prueban estas realidades.
PERO, (y es un “pero” en mayúsculas y con gran énfasis), el sacrificio de Cristo no deshizo ni eliminó la necesidad de cumplir con los mandamientos morales como resumidos en el mandamiento de amar al prójimo (Romanos 13:9, 10). Esta es una distinción enfatizada por Pablo. El apóstol Pablo demanda un carácter cristiano que se aleja de TODO lo que era prohibido (idolatría, inmoralidad sexual, adulterio, incesto, robo, homicidio, odio, codicia, homosexualidad, hechicería, la mentira, etc.) y TODO lo demandado por los mandamientos morales de Dios (honrar padre y madre, amar al prójimo, hacer bien a la viudas y huérfanos, etc.) en el Viejo Testamento. Esto muestra una continuidad entre los Testamentos en áreas de la moralidad y carácter íntegro y ético. Escribo esto sin ni mencionar a Pedro, Juan, Santiago y el resto del Nuevo Testamento que enseña sobre estas verdades.
Que nadie te engañe diciéndote que ya no hay mandamientos demandados de cristianos. Lee las epístolas por tu cuenta y subraya todas las ocasiones que hace alguna referencia a como debe vivir el cristiano.En todas sus epístolas, Pablo insiste que los creyentes en Cristo deben vivir una vida santa basada en los mandamientos de Dios. Solo los espiritualmente cegados por un espíritu de error pueden negarlo.
Recomiendo que también oigas los primeros dos mensajes de esta serie. ¡Que seas ricamente bendecido(a) por la Palabra ungida de Dios!
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