¿Qué haces cuando no tienes ayuda de un doctor? ¿Que haces cuando lo único que puede salvar a un ser humano en una emergencia es un milagro de Dios? En este mensaje, entre mucha enseñanza escritural, el pastor Dan A. Rodríguez cuenta esta historia verídica de su propia vida:
“El motor diesel se apagó porque le entró agua salada. Las baterías se agotaron. Estábamos sin manera de navegar el velero porque el viento era demasiado fuerte para usar las velas. El oleaje nos arrastraba rápidamente hacia una pared de roca en la costa. En el medio de esa tormenta que apareció de repente, mi amigo trató de amarrar el “boom” de la vela principal (un velero de 37’). De momento, el viento cambió de dirección y el boom violentamente giró en dirección opuesta y le dio un golpetazo en la frente. El golpe lo hizo caer duramente sobre la proa. Se le abrió tajo como de 4 o 5 pulgadas en la a frente y pensé que el golpetazo posiblemente lo había matado. ¡Nadie podía sobrevivir un golpe como el que el recibió de un boom que pesaba por lo menos dos veces mas que el! Sangre salpicó sobre la vela y se hizo un charco de sangre donde cayó en la proa.
Tan pronto vi lo que pasó empecé a orar en otras lenguas y a pedir la ayuda sobrenatural de Dios, y lo vi moverse. ¡Estaba aún con vida! Aunque yo estaba “verde” del mareo por el oleaje impetuoso, me moví rápidamente antes que mi amigo se deslizara de la proa y cayera el mar. Logré agarrarlo por un brazo y arrástralo de la proa hasta la popa donde estaba el timón. Mi amigo estaba apenas consiente y empezó hablar incoherentemente. La sangre fluía copiosamente de su frente. Le di una toalla para ponerle presión a su frente y oré por un milagro.
Dios hizo un milagro porque, aún con el trauma que sufrió mi amigo, no tuvo conmoción cerebral, no quiso que le cogieran puntos, y como a las dos semanas lo único que se le veía en la frente era una línea pequeña. Como al mes, si no sabías nada de su trágico accidente, ni lo hubieras notado a menos que examinaras su frente de cerca. ¡Fue un milagro en vivo y a todo color!
Ese atardecer vimos varios milagros. Entre ellos, milagrosamente la novia de mi amigo y mi esposa vinieron a nuestro rescate en un bote con motores grandes. Le tiramos soga y nos pudieron remolcar hasta una bahía. Ellas oyeron nuestro mensaje de auxilio por un radio marítimo que nunca estaba prendido a esa hora. Por “casualidad” entraron al negocio donde estaba el radio y oyeron nuestro mensaje de emergencia. ¡A Dios sea la gloria!”
¿Qué haces cuando no tienes ayuda de un doctor? ¿Que haces cuando lo único que puede salvar a un ser humano en una emergencia es un milagro de Dios? En ese momento, mas que nada, es necesario uno tener una relación con Dios (y el Señor Jesucristo) y tener confianza en El. Lo primero que haces espiritualmente en una emergencia puede ser la diferencia entre la vida o la muerte. En el medio de una tormenta uno no debe derretirse del miedo sino clamar por la ayuda divina de Dios, ¡aunque le tiemblen las rodillas! Si te olvidas de orar y pedir ayuda divina en el medio de la tempestad, te quedarás solo con tu habilidad limitada y probablemente tendrás una tragedia dolorosa.
Dios milagrosamente liberó a Asá y a su reino del enorme ejercito Etíope y Libio de un millón de soldados (2da Crónicas 14). Increíblemente, el rey Asá se olvidó de Su Dios y de cómo lo había liberado de esa crisis nacional.
Unos años mas tarde, el ejercito del rey Baasa de Israel atacó el reino de Asá. El hizo trato con el rey de Siria, Ben-adad, para que lo ayudara. Asá no oró ni buscó la ayuda de Dios como lo hizo cuando fue enfrentado con el ejercito de los Etíopes y Libios. Si Asá hubiera orado, y el Señor le hubiera dado instrucción de hacer trato con Ben-adad, entonces eso es exactamente lo que debía hacer en obediencia a un mandato divino. Pero lo que Asá hizo no fue dirigido por el Señor. No fue la sabiduría de Dios. Este acto de Asá fue el comienzo de un patrón que se estableció en su vida. En vez de buscar ayuda de Dios cuando se encontraba en necesidad, dejó de hacerlo. Dios le envió a Asá el profeta Hanani para reprenderlo por apoyarse en la ayuda del hombre y no la de Dios. En vez de recibir con gozo el mensaje de corrección por boca del profeta, se encolerizó con el y lo puso en la cárcel (2da Crónicas 16:1-10).
Esto le costó muy caro a Asá. Tres años mas tarde el sufrió una terrible enfermedad.
A los treinta y nueve años de su reinado, Asá enfermó gravemente de los pies. Sin embargo, tuvo más confianza en los médicos que en la ayuda que Dios podía brindarle. En el año cuarenta y uno de su reinado, Asá murió (2da Crónicas 16:12, 13 TLA- Traducción en Lenguaje Actual).
Asá nunca buscó ayuda de Dios en su enfermedad. Su búsqueda estaba únicamente apoyada en los médicos. Esto verso no se debe entender como que enseña que es malo o un pecado ir al médico, pero si señala el error y pecado de uno en pacto con Dios ir a un médico sin PRIMERO buscar la ayuda de Dios. ¡Asá tuvo mas confianza en los médicos que en Dios! Aunque la sanidad ya había sido ofrecida en el pacto de Dios con Israel, Asá rehusó buscar la ayuda de Dios (ej. Éxodo 23:25). Como escribimos, le costó muy caro.
Si vas a ir a un médico, hazlo después de BUSCAR a Dios en esa enfermedad. Su poder sanador esta disponible. Si aún no puedes recibir sanidad por fe en el hecho que Cristo te redimió de la maldición y llevó tus enfermedades y dolencias para que seas sanado (Gal. 3:13;Mateo 8:17; Isaías 53:4, 5), PRIMERO consulta con tu Padre Celestial y vete al médico con tu fe firmemente puesta en Dios. Acuérdate que Dios creó el cuerpo humano y El lo entiende mejor que nadie. Los médicos no lo saben todo, y algunas veces están equivocados. Los cementerios están llenos de personas que solo confiaron en la ciencia médica. Aunque la ciencia médica ha ayudado a multitudes también ha fracasado en salvarle la vida a muchos. Si pides ayuda de Dios y sigues Su instrucción, aún cuando vayas a los médicos, saldrás mucho mejor que si solo vas por tu cuenta sin contar con ayuda divina.
Este mensaje grabado te será de gran ayuda y te traerá gran entendimiento. Saca tu Biblia y estudia la Palabra de Dios con nosotros y ven y visítanos en la iglesia ASAMBLEA VENCEDORES. ¡No te quedarás igual!
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